lunes, 10 de mayo de 2010

CAMPAÑA DE CONTRACORRIENTE POR UN 1 DE MAYO COMBATIVO QUE UNA A ESTUDIANTES Y TRABAJADORES EN LAS CALLES.


BOLETÍN ESPECIAL A TINTA ROJA.


Las lecciones de la lucha del SME marcan el camino…

¡Luchemos por un movimiento estudiantil combativo junto a las luchas de los trabajadores
que enfrentan los planes de Calderón!


A partir del decreto de Calderón que extinguió Luz y Fuerza del Centro y

asestó un fuerte golpe al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), cientos

de estudiantes, entre los cuales nos encontrábamos los integrantes de la

agrupación estudiantil ContraCorriente, fuimos testigos y parte de importantes jornadas de lucha, como las del 11 de noviembre y 16 de marzo e impulsamos codo A a codo la solidaridad y la tendencia a la unidad obrero estudiantil. Ese es el camino que cientos de estudiantes iniciamos el 11 de octubre del 2009 para fortalecer la lucha contra el ataque del gobierno.

En este 2010 seguimos sintiendo como los efectos de la crisis económica capitalista se descargan sobre el pueblo trabajador: en primera instancia más desempleo, precarización de las condiciones de trabajo, salarios de hambre y pérdida de las grandes conquistas laborales. Por otra parte, se ha reflejado también en la privatización de la educación y falta de acceso a la misma, la falta de recursos económicos para continuar estudiando y la modificación de los planes de estudio al servicio de las empresas y trasnacionales y no al servicio de los trabajadores y el pueblo.

Mientras tanto, en el país crece la militarización, la represión, el encarcelamiento de los luchadores sociales y la antidemocracia. Dentro de las escuelas; los grupos porriles y la persecución policíaca se ciernen sobre la juventud y los estudiantes.

Para prepararnos y luchar contra este ataque, hay que continuar el camino que iniciamos el año pasado, buscar salir a la calle junto a la resistencia de los trabajadores del SME y la huelga de Cananea y así luchar contra los planes del gobierno y las instituciones de este régimen.

Los estudiantes tenemos una gran tradición de organización democrática, como el CNH y el CGH, retomando la mejor experiencia de los trabajadores y el pueblo. En ese sentido hay que potenciar la realización de asambleas de base que elijan

delegados votados, rotativos, revocables y con mandato de base como pasó en escuelas como Filosofía y Letras y CCH-Oriente de la UNAM, esa es la perspectiva con la que ContraCorriente impulsó la autoorganización y viene peleando dentro de la Asamblea Nacional Representativa Estudiantil

convocada por el SME. Esta asamblea expreso en algunos de sus momentos más álgidos, la tendencia a una alianza obrero-estudiantil para luchar juntos en las calles; en la misma, mediante la participación de un delegado votado en la asamblea de base en la facultad de filosofía, dimos una importante pelea por

generalizar en todas las escuelas la lucha por esta perspectiva y por la

exigencia a que el SME y los sindicatos prepararan, mediante asambleas

de base, una gran huelga nacional para echar abajo el decreto de extinción

de Luz y Fuerza.

¡Obreros y estudiantes! Forjemos el recorrido hacia una fuerte unidad.

Contra el desarrollo de una fuerte alianza obrero-estudiantil (perspectiva que planteamos desde Contra Corriente), jugó en contra la dureza del gobierno

envalentonado por el golpe al SME y también la cuota de responsabilidad que tiene la política incorrecta de las direcciones sindicales que se denominan opositoras, cómo es el caso de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), quiénes se negaron a ir hasta el final en la unidad para enfrentar al gobierno y preparar una verdadera Huelga Nacional que paralizara los centros de trabajo y extendiera su influencia al conjunto de la clase trabajadora en todo el país. Por eso es necesario cambiar el curso de la lucha obrera y popular, ya que el avance contra

las conquistas de los trabajadores no se debe a que haya faltado voluntad para

defenderlas. Esto lo demuestran los miles de trabajadores electricistas del SME

que durante meses han mantenido en alto la resistencia contra el decreto de

extinción de Luz y Fuerza, así como los mineros que en Cananea se mantienen en huelga con el apoyo y la solidaridad de sus hermanos de clase de otras secciones. Los trabajadores están dispuestos a enfrentar a la patronal y al gobierno, sin embargo, es la actitud conciliadora de las direcciones sindicales (pactando con los

patrones: recortes salariales, el aumento de la jornada, los paros técnicos, etc.) y su negativa a convocar a una Huelga Nacional que efectivamente paralice al país lo que permitió que el gobierno retome la ofensiva y ahora venga “por todo”.

Ni siquiera cuando la lucha del SME iba en ascenso y los trabajadores electricistas contaban con la solidaridad de amplios sectores de la población trabajadora, se jugaron a convocar a un paro nacional, pues con el argumento tantas veces repetido de “preparar mejores condiciones”, hicieron lo que hacen siempre: se negaron a que las organizaciones sindicales de la clase trabajadora pasen a la ofensiva y pongan contra las cuerdas al gobierno; se negaron, una vez más, a convocar a un paro nacional; la medida de lucha por excelencia de los trabajadores. Es que temen que si el movimiento obrero lucha y se hace consciente de sus fuerzas, su control burocrático sea amenazado, o que si se ven obligados a romper la “interlocución” con el gobierno, puedan quedar como “muy

radicales” ante los políticos del régimen y los patrones. Por su parte, la dirección electricista, a pesar de que el sindicato está sufriendo un ataque directo y que existe la amenaza de de tenciones, no aprovechó el enorme prestigio moral que tiene el SME para exigirle a esas direcciones sindicales de “oposición” la realización de un paro efectivo. Se perdió un tiempo precioso durante los últimos meses del 2009; en tanto que la “huelga política” del 16/3, aunque mostró la combatividad de la base que aún se mantiene en pie de lucha no paralizó ningún sector de la producción ni de los servicios. Mientras tanto, se privilegiaba una

estrategia de “resistencia legal y pacífica” que resultó impotente para torcerle el brazo al gobierno.

En el movimiento estudiantil hay organizaciones como la corriente “En Lucha”, que plantean que ahora no es necesario criticar a la dirección del SME, que no es momento de balancear la lucha y que no hay condiciones para una huelga general. Sin lugar a dudas, hay que partir de luchar como uno solo frente a la represión y no dejar ni un momento de impulsar la más amplia solidaridad con los trabajadores del SME. Pero, esto no significa seguir acríticamente la política incorrecta de la dirección del SME y tampoco dejar de exigir a las direcciones sindicales que se pongan a la altura de la lucha. Utilizar el viejo argumento de que hay organizaciones “minoritarias” que son “divisionistas e irresponsables”, solo busca justificar el aval a una política conciliadora y reformista que no ha logrado orientarse hacia el triunfo de la lucha. Solamente la discusión franca y democrática, puede fortalecer la pelea contra el gobierno y los esquiroles que se pasaron al bando oficial, a una política incorrecta hay que oponer una política

correcta. Avalar los errores para no verse “mal”, ni “radicales” ante la dirección sindical y apelar a una lucha popular prolongada, es no comprender la naturaleza de toda lucha de la clase obrera. Y es que lo irreal y por fuera de toda correlación de fuerzas en la postura de estas o r g a n i z a c i o n e s estudiantiles (como En Lucha), es pensar en que sólo el brigadeo permanente en las calles, pueden llevar a la derrota del decreto y a la hipotética caída de Calderón, sin haber utilizado los métodos centrales de la clase obrera, como la Huelga Nacional y la movilización contra el ataque del gobierno y las instituciones de este régimen. Desde Contracorriente estuvimos a partir del primer día (y estamos hasta hoy) en la primera línea de la solidaridad con la lucha electricista. Y creemos que frente al hecho de que el gobierno logró su primer objetivo (imponer en los hechos el decreto de extinción de LyFC) y después de lanzar un ataque sobre todo el movimiento obrero, se pone sobre la mesa una necesidad urgente: una política y un programa que permitan coordinar a los sectores que resisten y así preparar las con diciones para hacer posible una verdadera alianza obrera, estudiantil y popular que apunte a enfrentar esta ofensiva del gobierno.

¡Debemos enfrentar la represión y la antidemocracia en las escuelas y el país!

El 20 de abril muchos activistas y estudiantes, recuerdan el inicio de la huelga de la UNAM de 1999. Así pues en este mes y hacia el 1º de mayo desde ContraCorriente, creemos que hay que poner sobre la mesa de discusión, el cómo nos organizaremos para enfrentar la represión dentro y fuera de las escuelas, la aplicación de los planes contra la educación, los derechos y las conquistas del pueblo trabajador. En primer lugar porque en la educación media y superior los estudiantes, principalmente en el bachillerato, sufre a diario el hostigamiento y represión de los grupos porriles, que son solapados por las autoridades educativas y promovidos por partidos políticos como el PRI, el PAN y el PRD, entre otros, pero ¿qué se puede esperar de estos partidos patronales que persiguen a la

juventud y la encarcelan? Lamentablemente, hoy todo aquel que proteste en las calles o sufra la miseria de este sistema, es blanco de ser criminalizado, mientras que la policía y demás cuerpos represivos siguen hundiéndose en un mar de escándalos y corrupción.

Para enfrentar la represión dentro y fuera de las escuelas, hay que levantar

la bandera de la disolución de los grupos porriles y luchar en las calles por la desaparición de los cuerpos represivos del Estado. Junto a ello debemos desarrollar la más amplia movilización contra la represión, mediante la organización de comités que se movilicen en las calles de forma independiente y que exijan en cada acción, el regreso del ejercito a sus cuarteles y que se termine la militarización del país, alzando así una sola voz con la población de Ciudad

Juárez que se moviliza por esta demanda; al mismo tiempo hay que exigir el cese de la criminalización de la protesta social y la libertad de todos los presos políticos en el país. A la juventud, igual que a los trabajadores, no sólo nos están arrebatando cada uno de nuestros derechos y libertades; no sólo nos están destinando a un sendero de trabajo precario y salarios de hambre sino que también hoy nos hemos vuelto blanco de persecución: hay que enfrentarlos con la

movilización y la lucha independiente en las calles.

A 11 años de la gesta más importante que diera el movimiento estudiantil contra los planes neoliberales a la educación, el balance arroja más derrotas que victorias. En la UNAM, la UAM, el IPN, la UPN, las normales rurales y del D.F. y en la mayoría de las universidades públicas del país, los planes de las autoridades educativas han avanzado gradualmente y sin una fuerte oposición de conjunto del movimiento estudiantil. La privatización y la elitización, el cierre de las normales, la aplicación de exámenes de admisión que dejan fuera a cientos de miles; la reforma antidemocrática a los planes de estudio, el cobro de cuotas o cobros ilegales y ahora ante la crisis capitalista, el recorte presupuestal a la educación. Así se está dejando sin recursos a las instituciones de nivel medio y superior. Este es el panorama que guarda el tasajeado derecho a la educación “pública y gratuita”. En aras de defender este derecho para los millones de hijos de los

trabajadores y del pueblo pobre, hay que hacer retroceder la aplicación de las reformas, a la vez de dotarnos de un programa que nos lleve a enfrentar en primer lugar los estragos de la crisis. Hay que impulsar la lucha por comedores populares, por material didáctico gratuito, por la ampliación de becas, por transporte público gratuito, entre muchas otras demandas. Esta lucha se fortalece si la orientamos en todo momento de forma independiente, no queremos las migajas, mucho menos ayudar a que las autoridades se paren el cuello con su supuesta “defensa de la educación pública y gratuita”, pues ellos han sido artífices de la privatización y la implantación de los planes del FMI y el Banco Mundial. Las autoridades se amparan en esta falta de recursos económicos para reducir la matrícula, para realizar cobros ilegales, para no ampliar la planta docente y laboral y para pagar salarios raquíticos. Debemos luchar por que se auditen sus gastos e ingresos mediante una comisión independiente de académicos trabajadores y estudiantes, que salgan a la luz sus convenios con grandes empresas, porque se diga a cuánto ascienden sus sueldos y a qué destinan los recursos. El gobierno por su parte nos dirá que no hay dinero para la educación, pero habría si se dejaran de destinar millones de pesos para el ejército, para los salarios de los políticos y las campañas electorales, millones habría si se le impusieran impuestos a las grandes fortunas y, sobretodo, si se dejara de pagara la deuda externa.

Empezar a reorganizar un fuerte movimiento estudiantil para estas tareas, conlleva a que se cuestione de fondo la antidemocracia que se vive en las escuelas y que es funcional para lograr la aplicación de los planes sin oposición de los estudiantes. Por ello es fundamental que toda lucha por mínima que sea, adquiera un horizonte de enfrentamiento con las autoridades, planteando que nuestra lucha es también por poner la educación al servicio del pueblo trabajador, barriendo con las autoridades y luchando por un gobierno de estudiantes trabajadores y académicos.

Sólo así, cuando consigamos triunfos de nuestras demandas, lejos de legitimar a las autoridades, vamos a poder forjar una nueva correlación de fuerzas en favor del estudiantado, basado en la lección de que hay que luchar para triunfar. Para la tarea de luchar combativamente por la autoorganización, lamentablemente hay muchos compañeros que anteponen la construcción de proyectos autogestivos basados en la creación de colectivos, talleres, proyectos cooperativos y de participación ciudadana. Estas sin duda son expresiones combativas y justas de los estudiantes, pero a la vez insuficientes para enfrentar el reto de reorganizar un nuevo movimiento estudiantil. Este hecho no depende sólo de la voluntad de los estudiantes en pie de lucha, pero sin duda se fortalecería si empezamos a abandonar toda adaptación a la “coexistencia pacífica” y a las “treguas” con las autoridades.

En la UNAM por ejemplo, la estructura y forma de gobierno vertical e inquisitorio es funcional a la nula participación estudiantil en el rumbo de la universidad. Al activismo estudiantil se le ha perseguido, llegando así a la escandalosa suma de más de 400 expulsados por motivos políticos.

Ante el reflujo y la atomización de muchos años luego de la huelga de 1999, para empezar a sentar las bases de un nuevo movimiento estudiantil, que a su vez se convierta en el principal defensor de los espacios estudiantiles ganados a través de la movilización, tenemos hoy que politizar la lucha. Hay que ampliar el anorama y que cada lucha contra Narro y las autoridades sea elevada a una perspectiva más allá de los estrechos marcos de las escuelas. Por eso ¡hay que combatir todo sectarismo y oportunismo y volverse los campeones de la lucha por la autorganización estudiantil, el impulso de asambleas y consejos de representantes votados en la base, que respondan a ella y hagan valer su voz! ¡Hay que asumir

cada lucha contra las autoridades desde la perspectiva de barrerlas y crear una universidad al servicio de los trabajadores, los campesinos y el pueblo pobre!

¡Súmate a la agrupación ContraCorriente para forjar una corriente revolucionaria en el movimiento estudiantil!

Para levantar las banderas del programa y la política enunciadas, es necesario encarnar en la universidad una práctica política que la impulse día a día. Como parte de fortalecer este esfuerzo, desde ContraCorriente creemos que una corriente revolucionaria debe retomar la lección de que sin teoría revolucionaria no hay acción revolucionaria, siendo una tarea de primer orden impulsar la reflexión y la discusión desde el marxismo, actualizando a nuestros días el método para interpretar la realidad y transformarla de forma revolucionaria. En este sentido y por ello desde hace más de doce semestres llevamos a cabo en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la Cátedra Libre Karl Marx, a la cuál han asistido

cientos de estudiantes y decenas de trabajadores, contando con la presencia de distintos intelectuales marxistas. Esta cátedra es impartida por compañeros nuestros que elaboran y editan la revista marxista de teoría y política Contra la Corriente; así mismo y como parte de este esfuerzo, muchos de los compañeros que lo llevamos adelante venimos poniendo en pie un centro de estudios, investigaciones y p ublicaciones socialistas.

A su vez pensamos que una perspectiva revolucionaria y transgresora del orden de cosas en este sistema, tiene que hacer suya la bandera de la lucha contra la opresión a la mujer y la lucha por sus propios derechos, en el entendimiento de que creemos que para pelear por la resolución integra y efectiva de los mismos, hay que movilizarse de forma independiente y en las calles. Al mismo tiempo que asumimos la tarea de convencer de que la lucha de las mujeres trasciende si las mismas adquieren una perspectiva de lucha por la revolución y el socialismo. Para

apoyar con todo esta lucha, acompañamos y apoyamos las propuestas de la agrupación de mujeres Pan y Rosas, que vienen impulsando fuertemente una gran campaña contra el feminicidio en el país, contra la violencia hacia la mujer, por el derecho al aborto libre y gratuito y por la libertad a todas las presas políticas por abortar y por luchar.

La actual situación en América Latina donde se han instalado nuevas bases militares en el marco del Plan Colombia, el espaldarazo a los golpistas en Honduras, la ocupación militar de Haití, la continuidad del bloqueo y las amenazas sobre Cuba y el mantenimiento de la ocupación en Irak y Afganistán, el gobierno de Obama y la administración norteamericana (junto a la OTAN), demuestran que habrá continuidad en la opresión a los pueblos del mundo. En nuestro país podemos ver como opera descaradamente la CIA, la DEA y ahora, so pretexto de la guerra contra el narcotráfico, hasta el Pentágono quiere intervenir en suelo mexicano. Lo anterior se da con la total subordinación del gobierno mexicano que avala en los hechos el muro en la frontera, sigue pagando la deuda externa y

mantiene planes como el TLC, acordando otros como el Plan Mérida. Por ello, es una tarea de los revolucionarios del mundo ser los principales impulsores de las banderas del antiimperialismo y la solidaridad internacionalista con las luchas de los trabajadores y los pueblos del Mundo.

Compañera y compañero estudiante, te invitamos a integrarte a la agrupación ContraCorriente para construir una fuerte corriente revolucionaria en el movimiento estudiantil. Ante el ataque y los planes del gobierno que los estudiantes padecen en sus escuelas y fuera de ellas, hay que prepararnos teórica, política y organizativamente para enfrentarlo. Que esta labor tenga continuidad y no este sometida a los flujos y reflujos de la lucha, implica asumir esta enorme y apasionante tarea; por ello hay que sacar las mejores lecciones de las luchas. En

ContraCorriente seguimos apostando a ser miles en las calles junto a los trabajadores y las luchas populares, donde nuestra intervención deje huellas y aporte en hacer retroceder a nuestros enemigos. Entonces, ante cada lucha buscamos ampliar masivamente el movimiento y creemos que lo mejor para esto, es hacer que la lucha se base en la más amplia democracia directa, impulsando la autoorganización de las asambleas y la elección de representantes rotativos y revocables para que se garantice la voz de la base y que se confíe en la fuerza de la movilización independiente. Por ello al mismo tiempo que luchamos por nuestras demandas hay que buscar a los mejores aliados para el fortalecimiento

de la lucha. Nosotros creemos que los mismos se encuentran en la clase trabajadora y las luchas populares, que con sus métodos de lucha como la huelga y la lucha en las calles marcan el camino.

¡Hay que tomar partido!

Así como hace 11 años al calor de la huelga del CGH que vio surgir a nuestra agrupación, hoy seguimos peleando por estas banderas, retomando la lección de que nuestra lucha hay que orientarla hacia la unidad obrero-estudiantil. A la vez de que, si nuestra lucha es anticapitalista esto implica derribar este sistema de hambre, explotación, muerte y miseria, por lo tanto, hay que asumir la determinación de que las luchas se conviertan en verdaderas batallas contra los empresarios, el gobierno y las instituciones de este régimen. Por eso para nosotros impulsar la tarea de una fuerte corriente revolucionaria en el movimiento estudiantil es parte de una práctica política y militante que, tanto en las escuelas

como fuera de ellas, en cada centro de trabajo y en la lucha en las calles, pelee por construir una gran organización revolucionaria e internacionalista de los trabajadores. Es basado en esta conclusión que muchos jóvenes después de la huelga de la UNAM, asumimos esta titánica tarea y nos fusionamos con la LTS. Hoy las lecciones de la lucha del SME y el ataque que viene, nos muestran el camino: para prepararnos y para vencer, ¡hay que convencernos de asumir la convicción de tomar partido!


Este 1º de Mayo ¡Marchemos contra los
planes de Calderón!
-Unidad Obrero-estudiantil
- Fuera porros de las escuelas
-Autoorganización y movilización ante los planes contra la
educación
- Contra la militarización y la represión en todo el país
-Abajo la ocupación militar de Haití, Fuera Yankis de América Latina
¡Súmate a la agrupación revolucionaria
Contracorriente, para luchar junto al SME,
Cananea y contra la reforma laboral!

REUNIÓN DE DISCUSIÓN Y ORGANIZACIÓN JUEVES
22 DE ABRIL A LAS 13 HRS. SALON 102 DE LA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DE LA UNAM, CU.

Contingente de ContraCorriente en la Marcha del 1o. de Mayo.



Foro Sobre la Propuesta de Reforma Laboral.




Pintas y Pega de Carteles.







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