jueves, 31 de mayo de 2012

La juventud en las calles mexicanas


La juventud en las calles mexicanas 

  Javier Lucero , LTS-CC, México/Jueves 31 de mayo de 2012

El movimiento juvenil "Yo soy 132" que surgió en México como repudio a las declaraciones del candidato presidencial del PRI, Peña Nieto, y rápidamente tomó otros aspectos de las demandas democráticas más sentidas por el pueblo mexicano, se viene a sumar a los fenómenos juveniles que ya recorren América del Norte. Estos van desde los Ocuppy en EEUU (que a pesar de la situación conservadora, signada por el calendario electoral y una relativa mejoría de la situación económica, vienen realizando distinto tipo de actividades que se han extendido en el tiempo cuestionando las ganancias del "1% más rico", apoyando luchas de trabajadores y manifestándose contra la OTAN, como lo hicieron recientemente en Chicago), a los jóvenes de la provincia canadiense de Quebec que vienen llevando adelante una histórica huelga estudiantil, con movilizaciones callejeras de 250.000 personas, que ya lleva más de 100 días. En La Verdad Obrera venimos dando cuenta de estos fenómenos juveniles y estudiantiles, así como de otros similares, que con diferentes grados de radicalización, organización y subjetividad se vienen dando alrededor del mundo en el marco de una crisis histórica del capitalismo, que en Europa se ha transformado en crisis política. Estos incluyen a los jóvenes protagonistas de la llamada "primavera árabe", a los indignados y estudiantes del Estado español y al movimiento estudiantil chileno que este año ha vuelto a ganar las calles.
Presentamos a continuación un artículo de la LTS de México sobre el movimiento "Yo soy 132" y su intervención en las asambleas que se están realizando en estos días.


Durante las últimas semanas viene desarrollándose en México un importante proceso de movilizaciones juveniles contra los monopolios televisivos y el autoritarismo del PRI mostrado en la campaña electoral presidencial, que tiende encontrar eco en varios sectores de la población. La respuesta del priismo y la cobertura mediática de Televisa, intentando con declaraciones criminalizar a estos jóvenes (de escuelas para alumnos de alto nivel económico en un inicio) que se movilizan contra la posible imposición del candidato del PRI, desató en pocos días manifestaciones masivas de solidaridad con los estudiantes que pronto se convirtieron en grandes movilizaciones de decenas de miles en las calles en repudio a prácticas antidemocráticas del régimen, como no se veía en décadas en México.


Esto, en el marco de una situación reaccionaria a nivel nacional, expresada en la profundización de la militarización, y la violación a derechos humanos de la población, mientras se comprueba la relación de varios generales y otros mandos con los cárteles que dicen combatir al narcotráfico, así como la detención de ex-gobernadores del PRI y el PRD por lavado de dinero y nexos con el narcotráfico.

Es una situación marcada también por el asesinato de varios periodistas tanto en Veracruz como en otros estados del país, así como por el exilio del cura Alejandro Solalinde, amenazado por proteger migrantes y denunciar las redes de trata en que están inmiscuidas las policías locales, municipales y federales.

En este proceso electoral donde los partidos políticos gastan miles de millones de pesos en propaganda, que contrasta con las miserables condiciones de vida y los raquíticos salarios del pueblo trabajador y los millones de desempleados, una chispa bastó para encender la pradera de un movimiento juvenil-estudiantil que toma las calles del país para repudiar aspectos de este antidemocrático régimen político: las ligas de personajes políticos con los grandes monopolios de medios de comunicación, y la permisividad cómplice de las instituciones electorales.

Esa chispa fue el repudio expresado por estudiantes universitarios -en un principio de escuelas privadas pero pronto extendido a las instituciones públicas-, contra el represivo PRI y su candidato presidencial Enrique Peña Nieto, impulsado fuertemente por los monopolios mediáticos. Peña Nieto es visto como el mejor garante de los negocios de la clase dominante (en especial de los medios de comunicación) ante el desgaste del panismo (del actual presidente Felipe Calderón) y su poca funcionalidad para seguir gobernando. El represor de Atenco en 2006 (hecho por el que fue cuestionado por los jóvenes universitarios), representa al poder priísta responsable de la represión del movimiento estudiantil el “2 de octubre” del ´68, de la matanza de estudiantes el 10 de junio de 1971 y, en los últimos años, de las masacres de Aguas Blancas en 1995 y de Acteal en 1997, y recientemente, de la represión en Morelia a las Casas de Estudiantes de la Universidad del estado de Michoacán.

El movimiento y sus retos
Esta juventud que cuestiona el carácter represivo del PRI y su autoritarismo, y el papel cómplice y parcial de los monopolios de los medios en la elección presidencial, expresa el descontento potencial del pueblo pobre y trabajador de México y sacude al proceso electoral que, a los ojos de muchos, parecía terso y sin sobresaltos para llevar al PRI de regreso a la presidencia del país. Se pone a la defensiva a este partido que, recientemente como respuesta publica un “decálogo democrático” y da la bienvenida a las críticas del movimiento, en un intento por recomponer su imagen.
Este movimiento muestra un fenómeno político social donde este aspecto progresivo debe buscar desarrollarse y fortalecerse con la incorporación de todos los sectores oprimidos por el régimen de la alternancia, y por los millones de afectados por los planes de miseria impuesto por los grupos económicos que en el 2012 se aliaron contra los trabajadores.
Para ello debe evitar que el movimiento se institucionalice detrás de una salida electoral. Esto pretende el llamado del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) que encabeza el candidato de centro izquierda Andrés Manuel López Obrador a no votar por el PRI y el PAN, y cuya simpatía por el movimiento busca atraer votos para su candidatura. El mismo López Obrador viene reconciliándose con los empresarios y la iglesia, y no demanda terminar con la militarización. Incluso propone -de llegar a la presidencia-, integrar a su gabinete al represor de la huelga de la UNAM en el año 2000.
Para lograr transformaciones radicales que nos favorezcan a la juventud y el conjunto de los explotados y oprimidos de este país, debemos evitar que el potencial que ha mostrado la juventud en estas semanas, se vea contenido y encaminado hacia las urnas para institucionalizarlo y limar su programa progresivo.
Desarrollar formas democráticas de organización
El movimiento se ha extendido y llegó rápidamente a las universidades públicas, entre ellas la UNAM, donde se vienen dando pasos importantes, aunque incipientes aún en la organización del estudiantado con base en la mejor herencia legada por el CNH del movimiento estudiantil de 1968 y el CGH de la huelga de la UNAM del ’99 del cual la LTS y Contracorriente fueron orgullosos participantes; este es el método asambleario, donde se votan delegados rotativos y revocables que actúan bajo mandato de asamblea. Profundizar este mecanismo de decisión y organización, es una de las peleas que nos hemos puesto como tarea y que hemos logrado hacer avanzar desde la agrupación estudiantil ContraCorriente, los militantes universitarios de la LTS al lado de compañeros independientes.
Venimos dando también una pelea política en las más de 12 estructuras del movimiento en que participamos destacadamente (que incluye diversas escuelas y facultades de la UNAM, así como otras universidades de la zona metropolitana), para que el cuestionamiento a los monopolios de la comunicación que apuntalan al candidato del represor PRI, avance en la perspectiva de la lucha por la expropiación y nacionalización de las dos principales televisoras del país, que usan el espectro radioeléctrico nacional para sostener este antidemocrático régimen y enriquecerse a costa de deformar la realidad, en detrimento de elemental derecho democrático a la información del pueblo trabajador.
Luchamos también porque sea un eje del movimiento la independencia política de los partidos del régimen sustentado en la represión, como la sufrida por luchas como Atenco, Ayotzinapa, la Universidad Nicolaita de Morelia, y las decenas de periodistas y luchadores sociales asesinados en el último sexenio. El justificado rechazo popular al PRI y el PAN, no debe llevar al movimiento a fortalecer a uno de los partidos del mismo régimen.
Para frenar este clima represivo, de recorte de libertades democráticas y de criminalización de la protesta, es importante conquistar espacios de reflexión, organización y resolución independiente de las instituciones y mecanismos de control del potencial democrático y revolucionario de la juventud que cuestiona el actual orden de cosas.
Es necesario poner fin a la militarización, por lo que seguimos intentando poner en pie un movimiento nacional de lucha contra la militarización del país y el castigo a los policías y militares asesinos de la población. Y que demande la libertad de todos los presos políticos y la presentación con vida de los desaparecidos.
Unido a esto, llamamos a movilizar contra la precarización, desempleo, y por el acceso irrestricto a la educación pública superior a los hijos de los trabajadores.
Pero la apuesta para ganar en esta lucha es la de la masificación del movimiento, para lo que hacemos el llamado a impulsar un gran Encuentro Nacional Estudiantil que abrace la necesidad de soldar la más fuerte solidaridad de estudiantes y trabajadores para enfrentar al enemigo común: el régimen y sus embates contra nuestros derechos. A la par de dar estas luchas políticas, dentro de las asambleas hemos planteado la necesidad de que este movimiento tenga una perspectiva internacionalista y se solidarice con los jóvenes y el movimiento estudiantil estadounidense, canadiense, chileno y del Estado Español, pronunciándose en apoyo a los mismos y en contra de la represión de la que vienen siendo objeto.
Claves
El 11/5 el candidato presidencial del PRI (Partido Revolucionario Institucional, que gobernó México desde 1930 hasta el año 2000) Enrique Peña Nieto fue repudiado por un grupo de estudiantes durante un acto en la Universidad Iberoamericana. El candidato del PRI descalificó a los estudiantes diciendo que eran "acarreados" e "infiltrados".
Al día siguiente 131 estudiantes de la Iberoamericana subieron un video a internet con sus nombres y número de credencial como respuesta a las descalificaciones de Peña Nieto.
En la semana del 13 al 20/5 se realizaron diversas movilizaciones bajo la consigna "Yo soy 132"
En los días siguientes una multitudinaria movilización repudió la "desinformación" de los medios masivos de comunicación
Desde el sábado 26/5 se vienen realizando asambleas en colegios y facultades de todo el país








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