lunes, 31 de enero de 2011

PONGAMOS EN PIE UN GRAN MOVIMIENTO DE LA JUVENTUD REVOLUCIONARIA CONTRA LA MILITARIZACIÓN


Te invitamos a organizarte contra la militarización. Discutamos el tema en cada escuela y facultad poniendo en pie comités de solidaridadcon Juárez y contra la militarización. Contra Corriente, junto a estudiantes de la UAM y la UNAM, está llevando adelante actividades de reflexión y organización. ¡Súmate!

PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL DE CANAL 6 DE JULIO
"LA GUERRA OCULTA"

La política de miedo no es nueva. La militarización del país bajo pretexto de la inseguridad o la "guerra contra el narco" es una guerra silenciosa y preventiva de estallidos sociales conocida como "guerra de baja intensidad"

JUEVES 3 FEBRERO
13 : 40 (DURACIÓN 40 mins)
CUBÍCULO ESTUDIANTIL
PREPA 9


REUNION ABIERTA DE CONTRA CORRIENTE
SOBRE MILITARIZACIÓN Y FEMINICIDIOS

VIERNES 11 DE FEBRERO
13:30 HRS.
SALÓN P105
FACULTAD DE CIENCIAS CU




SURGE LA COORDINADORA METROPOLITANA CONTRA LA MILITARIZACIÓN

¡ALTO A LA MILITARIZACIÓN DEL PAÍS!

Por Eduardo Castel

Más de 30 mil muertes es el saldo de la llamada “guerra contra el narcotráfico” emprendida por el Gobierno Federal. Esta guerra entre los sicarios y el ejército, también ha golpeado duramente a las clases populares y a la juventud. Basta recordar a las trabajadoras de la maquiladora Ottawa Eagle que fueron baleadas en los camiones que las transportaban en Ciudad Juárez, los 2 estudiantes del Tecnológico de Monterrey, los jóvenes de Villa Salvacar asesinados en una fiesta, aquellos que fueron acribillados en un centro de rehabilitación, así como familias enteras masacradas en los retenes del ejército, entre muchos otros ejemplos. Tan sólo en 2010, según cifras de las propias secretarías de Defensa Nacional, Marina, Seguridad Pública Federal y Gobernación, hubo 15 273 decesos relacionados a la narcoguerra (donde no hay cifras oficiales respecto a cuantos caen victimas del fuego cruzado o directamente asesinados por el ejército) convirtiéndolo en el año más violento.

Se calcula que 13 mil de las víctimas jóvenes o niños. A este fenómeno se le ha empezado a llamar “juvenicidio”, lo cual, busca denunciar la criminal responsabilidad del estado en la situación de la juventud, un sector de la población fuertemente golpeado por el desempleo, la exclusión de las escuelas públicas mediante exámenes como el del CENEVAL, el empleo precarizado, etc. Esta penosa situación, en muchos casos les orilla, lamentablemente, a enrolarse como “carne de cañón”, convirtiéndose en empleados y sicarios de los señores del narco, ejecutores de acciones execrables contra de las vidas de mujeres, niños, campesinos, migrantes y trabajadores.

Sin embargo, los entusiastas promotores de “la lucha contra el crimen organizado” se han caracterizado por un desprecio absoluto hacia las vidas de la población afectada haciéndolos aparecer como “daños colaterales” o costos necesarios por estar (supuestamente) involucrados con pandillas y los carteles de la droga. Lo mismo se infiere sobre quienes quedan en el fuego cruzado. Bajo esta postura intentan criminalizar a la juventud y reprimirla impunemente. Ahora, la propaganda oficial y los medios de comunicación hablan de bajar la edad condenatoria para los menores de edad y de aumentar las puniciones en el sistema judicial. Todas medidas que se aplicaran principalmente a los trabajadores, la juventud y el pueblo pobre.

Y es que uno de los resultados de esta guerra contra el crimen es el intento de criminalizar la protesta social y militarizar al país, intentando prohibir y reprimiendo marchas y manifestaciones, continuando con cientos de presos políticos en las cárceles del país, con desapariciones forzadas de personas al mismo tiempo que solapan la acción de grupos de choque y paramilitares. Por otro lado, nada se dice de la complicidad de los señores de la droga con altos funcionarios de gobierno así como con grupos políticos y religiosos que les brindan protección.

Esta violencia ejercida contra la población, so pretexto de combatir el tráfico de drogas, no es exclusiva de nuestro país. Recientemente, en Brasil, Lula Da Silva desplegó a las fuerzas militares en las favelas, barrios populares del país sudamericano. Esta es la manera en que el sistema capitalista y la clase dominante garantizan su dominio. Lo único que nos reservan a los oprimidos es desprecio por nuestras vidas, criminalización de la juventud y de la protesta social, feminicidios, injusticia para nuestros hermanos de clase e impunidad para los criminales.

En defensa de la juventud y contra la militarización del país.

El día 29 de octubre, la Policía federal disparó contra la 11ª Caminata Contra la Muerte además de arremeter contra los asistentes quienes intentaron refugiarse en las instalaciones de UACJ cuya autonomía no fue respetada por los elementos del cuerpo represivo. En la represión, resultó gravemente herido el estudiante de 19 años, Darío Álvarez, al recibir un tiro en la espalda.

Ante esta situación estudiantes de la UNAM, UAM, UACM, e IPN hemos conformado la Coordinadora Metropolitana Contra la Militarización (COMECOM) que ha venido pronunciándose por la defesa de las autonomías universitarias, contra la militarización del país, en solidaridad con Ciudad Juárez y contra los juvenicidios. En sus pocas semanas de existencia, la COMECOM ha convocado ya a 3 caminatas nocturnas en Ciudad Universitaria como réplica a las realizadas por los estudiantes juarenses. Asimismo, participamos en dos importantes movilizaciones. La primera el 9 de noviembre, tras la agresión a Darío, la siguiente el día 20 del mismo mes en apoyo a los estudiantes de Juárez, esta movilización fue reprimida por la policía y los granaderos del GDF.

Por un gran movimiento contra la militarización del país. Juicio y castigo a los culpables.

Recientemente, fuimos testigos del asesinato de Maricela Escobedo frente a la sede de Gobierno de la capital del estado de Chihuahua. Esto mientras se manifestaba para exigir castigo al asesino de su hija, Rubí, quien fue liberado a pesar de ser asesino confeso. Durante años Marisela llevó adelante una lucha incansable llegando incluso a dar mediante sus propios medios, con el paradero del asesino prófugo. Su historia no deja de recordarnos el caso de Miranda de Wallace. Ambas fueron amenazadas de muerte, ambas, con sus propios medios lograron lo que el sistema judicial no pudo o no quiso hacer. Sin embargo, ahí terminan las similitudes. El clamor de justicia de Marisela Escobedo, enfermera jubilada, no fue celebrado con un premio Nacional de Derechos Humanos que si recibió la empresaria. La madre de Rubí encontró la muerte, como muchos otros luchadores sociales. Ejemplo de ello es el asesinato, el pasado 6 de enero de la poetisa y valerosa activista contra los feminicidios, Susana Chávez, quien fue brutalmente violada, asesinada y cuya mano fue cercenada. Sin embrago, las autoridades judiciales de Juárez, donde ocurrió el crimen, tratan de hacer pasar el hecho como un “asunto de copas” asegurando que el asesinato nada tuvo que ver con su activismo.

Para nosotros la justicia solo puede ser conquistada mediante la organización y movilización independientes. Por ello, exigimos justicia para Susana, Marisela, Rubí y todas las víctimas de esta absurda guerra. ¡Alto a la criminalización de la protesta social! ¡Alto a los feminicidios y a la impunidad! ¡Juicio y castigo a los culpables! ¡Cárcel para los asesinos y sus cómplices y protectores en las esferas gubernamentales!

Desde la Agrupación Estudiantil Contra Corriente nos sumamos a la COMECOM, bajo la perspectiva de impulsar la organización independiente de un gran movimiento contra la militarización, donde participen los estudiantes y la juventud aliados a la clase obrera y las organizaciones sindicales, de derechos humanos, políticas y de izquierda. La masificación de un gran movimiento democrático es una enorme tarea que es fundamental fortalecer para lograr sacar al ejército de las calles y garantizar una gran lucha contra la militarización, la represión y la impunidad. En tu centro de estudio, te invitamos a participar de las reuniones y actividades culturales y la campaña gráfica que estaremos impulsando estas semanas; desde Contracorriente te convocamos a poner en pie una gran juventud organizada ante el ataque a nuestros derechos y los planes del gobierno, y a compartir desde esta agrupación una trinchera para organizarte y luchar.

DECLARACIÓN DE LA AGRUPACIÓN ESTUDIANTIL CONTRACORRIENTE FRENTE A LA MILITARIZACIÓN Y LA CRIMINALIZACIÓN DE LA JUVENTUD

Contra la criminal política del gobierno, hay que forjar una gran juventud revolucionaria que sea una alternativa de organización y lucha.

En la guerra contra el narcotráfico se han desplegado cerca de 100 mil efectivos militares además de una inmensa maquinaria policiaca y de inteligencia. La militarización de nuestro país avanza: los militares son ocupados en labores policiacas de patrullaje en las grandes ciudades. Esto es ya una realidad en lugares como Ciudad Juárez, Michoacán, etc. y ahora se ha extendido el fenómeno a Ciudad Netzahualcóyotl, Edo. De México tras el asesinato de 9 personas en aquel lugar y en los últimos días a colonias del D.F. Es un hecho que estas medidas no terminan con la inseguridad y el accionar de los grupos delictivos, antes bien, el pueblo trabajador es sometido al acoso constante de los cuerpos de “seguridad” que asesinan a los trabajadores y a las trabajadoras cuando vuelven a su hogar tras la jornada laboral, que acribillan familias enteras que tienen la desventura de cruzar por un retén militar, a los jóvenes que acuden a alguna fiesta y mueren en el fuego cruzado de los milicianos y sicarios. El aumento de violaciones a derechos humanos, la desaparición forzada (los llamados levantones) y la impunidad con que se cometen estos crímenes, se han convertido en casos cada vez sonados y son ya un escándalo internacional.

No obstante, para Calderón estas vidas humanas representan sólo los “daños colaterales” y “costos necesarios” de una guerra absurda contra un fenómeno cuyo poderío tiene su raíz en la complicidad de los delincuentes con altos funcionarios de la política nacional, con jueces e instituciones judiciales y policiacas, así como el apoyo, protección y complicidad de líderes y organizaciones religiosas y políticas.

Los jóvenes estudiantes muertos han sido tachados, incluso, de pandilleros y delincuentes. Ser joven en México significa ser excluido de la educación pública, ser lanzado o bien al desempleo, o bien a un mercado laboral donde rara vez existen los derechos sindicales, la contratación colectiva o la seguridad social. Ni siquiera hay la garantía de estabilidad laboral. Con ello los jóvenes estamos en un estado de indefensión y miseria que orilla a muchos a convertirse en sicarios, criminales, carne de cañón de los cárteles y el ejército. A la política del gobierno y las instituciones de este régimen político, que mantiene a la juventud en estado de postración y los empuja a las filas del narcotráfico o la miseria, se le ha llamado “juvenicidio” por parte de algunos intelectuales y periodistas. Hay que repudiar activamente el trato de presuntos culpables, de pandilleros y malvivientes por el simple hecho de ser jóvenes. ¡Alto a la criminalización a la juventud.!

De acuerdo a Calderón, nuestro país está en guerra. Es cierto, pero esta no es una guerra contra el narcotráfico y el “crimen organizado” como afirman mentirosamente sus impulsores. Esta es una guerra de la clase dominante contra los oprimidos. El ejército en las calles desde luego que es un garante de la seguridad. Sí, de la seguridad de los poderosos, de los dueños del dinero y de la tierra, de los explotadores y los vasallos del imperialismo contra la organización de la clase obrera, de la juventud y de los pobres de la ciudad y el campo. Prueba de ello, fue la represión sufrida por los estudiantes juarenses de la UABC cuando, ejerciendo su legítimo derecho a la protesta, fueron perseguidos y golpeados dentro de las instalaciones de su universidad en una ominosa violación a la autonomía de la institución. Uno de ellos, Darío Álvarez, fue alcanzado en al espalda por las balas asesinas de la PF que lo hirieron gravemente. Repudiamos estas acciones.

¡Alto a la criminalización de la protesta social! ¡Juicio y castigo a los culpables! ¡A la cárcel con todos sus encubridores y protectores!

Ante este panorama, la unidad de la juventud es muy importante para fortalecer toda iniciativa combativa y de lucha, hay que poner en pie un gran movimiento contra la militarización y la represión, que este basado en la movilización y la lucha en las calles, de esta manera se puede enfrentar consecuentemente y hasta sus últimas consecuencias los ataques contra las condiciones de vida y los derechos de la juventud y el pueblo trabajador. Un movimiento así, debe denunciar que un gran problema de fondo es la crisis económica capitalista, que ha llevado a la carestía y los recortes presupuestales a la seguridad social, como son educación, salud y cultura, así la clase dominante pretende descargar la crisis en las espaladas de los trabajadores y el pueblo pobre. Desde los centros de estudio y de trabajo, hay que organizar comités contra la militarización y contra el ataque a la educación pública y gratuita. Los mismos tienen que ligarse a los planes de lucha contra las reformas y los planes del gobierno y las autoridades.

¡Exigimos acceso irrestricto a la cultura y a la educación pública, gratuita y popular! ¡Exigimos trabajo digno para la juventud! ¡Qué la crisis la paguen sus autores: los capitalistas!

Somos conscientes, además, que ningún partido patronal (como el PRD, el PT, el PAN y el PRI, etc.) es capaz de enfrentar el proceso de militarización que vive nuestra nación ya que ellos mismos se deben a este sistema y al imperialismo, son sus defensores y perpetuadores. Es necesario denunciar la injerencia imperialista de EE.UU. que es solapada por el gobierno lacayo de Calderón y las instituciones. La expoliación que hace el imperialismo de nuestros recursos naturales y humanos y la opresión que ejercen con sus planes y ataques, son las principales responsables de la miseria de nuestro pueblo. Por ello organicémonos en torno a la demanda de:

¡Abajo los planes imperialistas como el Plan Mérida! ¡Fuera ejercito de las calles! ¡ALTO A LA MILITARIZACIÓN DEL PAÍS!

Dentro de la Coordinadora Metropolitana contra la Militarización (COMECOM), la Agrupación estudiantil ContraCorriente viene planteando la necesidad de asumir y desarrollar unificadamente la perspectiva expuesta más arriba. Junto a ello consideramos que esta COMECOM, debe hacer suyas las demandas más sentidas ante esta situación intolerable de militarización y ataque a nuestros derechos y conquistas, por ello en sus asambleas hemos planteado que la COMECOM haga suya la demanda de exigir el alto a los feminicidios y la libertad de los presos políticos, porque nos parece que son demandas que son parte de esta ataque que convierte en objetivo sangriento y criminaliza a los sectores más oprimidos del pueblo trabajador y los luchadores sociales. Para ser consecuentes en impulsar estas tareas, es necesario que decenas y decenas de jóvenes asuman impulsarlas, desde ContraCorriente creemos que eso se hace posible y se fortalece, construyendo una gran juventud revolucionaria que sea una alternativa de organización y lucha para numerosos jóvenes y que les permita prepararse y mantenerse organizados para estas y futuras luchas. Llamamos a los estudiantes y jóvenes que compartan y simpaticen con estas ideas a convocar conjuntamente reuniones amplias para discutir el program y la organización para luchar por estas demandas.