martes, 25 de octubre de 2011

REPRESIÓN EN BOLIVIA. LA DESTRUCCIÓN DE LA RESERVA ECOLÓGICA DE TIPNIS

Por Aztlán
Evo morales, el actual presidente de Bolivia, quién llego con todo el apoyo de la comunidad indígena al poder, le ha dado la espalda a quienes en primera instancia dijo tanto defender.

El día 15 de agosto en Trinidad, se inició una protesta por parte de la comunidad indígena que se opone a la construcción de una ruta que partirá en dos una reserva ecológica en centro de Bolivia. La marcha recorrió a pie unos 273 kilómetros en 42 días. Cuando unos 2.000 movilizados estaban en inmediaciones del pueblo de Yucumo, A más de 300 kilómetros al noreste de La Paz, la Policía usó gases lacrimógenos y despliegue de efectivos fuertemente armados para que suspendan su movilización y regresen a su pueblo en colectivos de esa fuerza.

La red de televisión PAT difundió imágenes donde varios policías esposaban, cubrían el rostro con cinta adhesiva y golpeaban en la cabeza a Fernando Vargas, dirigente del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, la reserva por donde pasará la ruta proyectada. Durante la represión hubo un uso excesivo de la fuerza y se comprueba así que a pesar de que el gobierno de Evo Morales se había catalogado como un gobierno de izquierda, democrático y que apelaba por la libertad de expresión y apoyaba a los pueblos indígenas de ese país, ha dejado al descubierto su verdadero carácter y posturas hacia la población más desprotegida en ese país.

En estos momentos, Bolivia y su presidente pasan por una crisis social sin precedentes en los últimos 6 años y pese al reajuste de su gabinete, esto no ha dejado conformes a los afectados en los movimientos represivos, el pueblo se siente indignado. A pesar de que se comenzó una investigación para averiguar de dónde había provenido la orden para reprimir el movimiento, el gran número de protestas que se llevaron a cabo en ese país al suscitarse los hechos antes mencionados, nos dan una idea clara del descontento general que existe, descontento de un pueblo que ha reaccionado y que exige que se respeten las promesas que su presidente hace casi 6 años planteó. Mas aún, que se respeten los acuerdos de sus propias leyes, ya que Evo Morales con este tipo de represiones ha violando, entre otras cosas, su misma constitución, pues ha quebrantado ya 35 artículos de esta Carta Magna, según un recuento periodístico.

Sea cual sea que haya sido el carácter de la marcha, al igual que los organizadores de la misma, el mero hecho de reprimir, implica que el estado, (al no encontrar a los responsables de las órdenes que se dieron para intervenir así la protesta) no respeta la libertad de expresión ni es capaz de estar al tanto de las decisiones que se toman. Por otro lado, debido al carácter de la marcha, existen intereses (capitalistas) de por medio que influyen para que el estado tome este tipo de medidas y se quiera destruir una reserva ecológica sin importar el pueblo y el medio ambiente en general.


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